LONDRES.- El ex primer ministro británico Tony Blair reconoció el "significativo" poder de la prensa sobre la política en Reino Unido, aunque consideró que no es algo necesariamente "insano", al declarar ante el comité que investiga el escándalo de escuchas ilegales y sobornos de medios del grupo Murdoch. Era "inevitable", dijo, que medios y políticos tuvieran una "relación de trabajo". Sin embargo, consideró que el problema no está en la cercanía, sino en el "desequilibrio" en la relación.
Blair fue interrogado por su estrecha relación con el magnate mediático Rupert Murdoch en el marco de su victoria electoral en 1997 y sus posteriores diez años en el poder. El ex premier contó cómo voló a Australia para asegurarse el respaldo político de Murdoch, pero insistió en que nunca "hubo un acuerdo" con el magnate. "No habría dado la vuelta al mundo si no hubiera tomado una decisión deliberada y estratégica de intentar persuadirlo y tenía un objetivo mínimo y otro máximo", indicó. "El mínimo era que dejara de hacernos pedazos y el máximo abrir el camino al respaldo", relató sobre su viaje en 1995 a la isla de Hayman, en Australia, donde vio a ejecutivos de News Corp. de Murdoch. Después de ese viaje, el "Sun" cambió su apoyo a los laboristas en lugar de a los conservadores en la campaña de 1997.
Aunque el poder de los tabloides es menor ahora que cuando él era primer ministro, tener su apoyo es crucial, opinó Blair. "Una vez que están contra ti, se acabó", planteó. "Es un enfrentamiento frontal día a día" . La comparecencia del ex líder laborista quedó empañada por un incidente que recordó que los ánimos siguen sensibles sobre la decisión de Blair de unirse al presidente de EEUU George W. Bush en la invasión de Irak en 2003.
Un activista contra la guerra irrumpió en el tribunal de Londres en el que prestaba declaración y lo acusó de ser un "criminal de guerra" pagado por el banco de inversión JP Morgan, para el que trabajó como asesor tras 2007. Después fue expulsado de inmediato por los guardias de la Corte Real de Justicia. El juez Brian Leveson, que investiga el escándalo de escuchas ilegales y sobornos que salpicaron a los medios del grupo Murdoch, se disculpó por el incidente. La investigación sobre la ética mediática fue ordenada el año pasado por el primer ministro, David Cameron, para examinar las relaciones entre los medios y los políticos en el país, tras el escándalo de escuchas ilegales en que se vieron implicados medios de Murdoch. (DPA)